LA IGLESIA TEME QUE ESPAÑA SE ROMPA
El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández ha dicho, como todo español de bien, que ve la unidad de España en peligro y manifiesta su temor de que España se rompa. Esa declaración sintoniza con las manifestadas por varios de sus colegas que se unen a los buenos españoles que fomentan el odio, que aclaman a Franco ( que pena que se muriera, con lo bien que le iba a la Iglesia con él, que lo paseaba bajo palio), que agreden a policías y que atacan las sedes de los malos españoles que quieren romper España. Han acudido en ayuda a la derecha como ya lo habían hecho el brazo judicial, el poder económico y siempre el mediático. Es de agradecer que los representantes de la Iglesia, siempre preocupados por la salvación de nuestras almas, nos orienten lo que tenemos que pensar en política y a quién tenemos que votar. El obispo de Orihuela-Alicante José Ignacio Munilla, ha llegado a decir que la amnistía es “profundamente inmoral”, en el mismo sentido se ha manifestado, como no, Rouco Varela.
Que yo recuerde no han hecho ningún tipo de condena a los casos de abusos sexuales con niños y adolescentes practicados por sacerdotes y frailes que llevan décadas ocultando y que ha sacado a la luz el informe del Defensor del Pueblo. Suponemos, por tanto, que eso no es inmoral. Seguramente no se acuerdan de aquello de que “ Mejor sería que los echaran al mar con una piedra de molino atada al cuello, que hacer caer en pecado a uno de estos pequeños” (Lucas 17: 2-3). Eso es lo que consta en en Evangelio que fue lo que dijo Jesús. No se ha oído ni una sola condena tan contundente para unas actitudes tan miserables. La pederastia practicada por los ministros de la Iglesia y que han ocultado los obispos, eso sí es profundamente inmoral, no una ley de amnistía. Convendría que en lugar de hacer valoraciones de actos políticos, pidieran perdón a las 440.000 víctimas, de los abusos sexuales cometidos, reconocieran que han perjudicado la vida de muchos de ellos y que aún no han superado el trauma que les provocó tamaña agresión. Lo justo y cristiano sería resarcirlos con el dinero de los miles de edificios que han inmatriculado sin ser propiedad de la Iglesia, favor que les hizo Aznar, y que tratan de agradecer con este tipo de declaraciones en apoyo de sus ideas políticas. Una interpretación torticera de “Dad a Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César” (Lucas 20 : 25 ).
Es asombroso como olvidan lo que dicen los evangelios, aunque están todos los días leyendo su contenido. Si no siguen sus enseñanzas, ¿para qué sirven? Pues para que los sigamos los demás, responden. Un día un sacerdote, ante esta pregunta, me contestó que son humanos y que la fe consiste en creer a pesar de esos actos. Siempre la fe como escudo frente a la razón. De su obligación de dar ejemplo no dijo nada. Esta es la Iglesia española, y así ha sido durante siglos. La democracia no les va bien a estos obispos, añoran cuando Franco los sentó en las Cortes y saludaban brazo en acto, cuando era obligatorio el certificado de bautismo para desempeñar un puesto en la administración, cuando los cargos políticos se humillaban y besaban las manos de los sacerdotes. Cuando tenían poder político.
Qué lejos estamos de las Iglesias Católicas europeas que han reconocido y recompensado el mal que hicieron.
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