ESPAÑA

 

El día 23 de julio tenemos que elegir entre Sánchez o España, es lo que afirma Feijoo. Lo dice públicamente y lo corean sus medios afines lo más alto y profuso que pueden. De ser cierta esa afirmación se me plantean algunas dudas. ¿Será que El Presidente Pedro Sánchez no es español? ¿Será que defiende los intereses de otro país, tal vez Venezuela como han dicho algunas veces? ¿Las personas que lo voten no son españolas?¿Solamente los que voten a la derecha son españoles? ¿Entonces, si decido votarlo, de qué país soy yo? De repente me puedo convertir en apátrida. También ha dicho que ellos son “gente de bien”, entonces los millones de personas que no los votan ¿son malhechores? ¿No votarlos es un delito? El absurdo nos puede llevar al infinito.

Si estuviéramos acostumbrados a que dijeran la verdad (y a ser posible sin insultos) esas serían las dudas que deberían tener  todos los que no votan a la derecha, pero por desgracia de sus bocas y de sus plumas solo salen mentiras y lo hacen sin freno, con descaro, sin pudor.

Los ataques personales son el estilo habitual de estas derechas. Antes fue el “márchese Sr. González” que empleaba machacónamente Aznar en los años 1995 y 96 que potenció esta estrategia. Después evolucionó con el “zapaterismo” y últimamente les han añadido unas dosis de furor con el “sanchismo”. Jamás han presentado su propuesta política ya que su estrategia se centra únicamente en atacar, desacreditar y mentir lo que haga falta. Lo malo es que les ha dado resultado, por eso insisten en utilizarla. Un juego sucio.

Sánchez o España. Veamos qué es Sánchez: una reforma laboral que ha creado miles de puestos de trabajo y ha aumentado la contratación indefinida del 10% con Rajoy al 44%; ha subido la pensiones lo mismo que el IPC, con lo que los pensionistas han dejado de perder poder adquisitivo; ha subido el salario mínimo de 735 a 1080 euros mensuales; ha implantado el ingreso mínimo vital para las personas que no tiene ningún ingreso. En todo esto las derechas han votado en contra como lo han hecho contra los presupuestos y los fondos europeos. Además: ha disminuido el paro juvenil de 257.000 a 188.000 jóvenes; ha aumentado la afiliación a la Seguridad Social en 2 millones de nuevas altas, las mujeres ya son más de un millón cien mil nuevas afiliadas; la tasa de desempleo ha pasado del 16 al 13%; se han alcanzado los 20 millones de empleados; la temporalidad ha bajado al 13,7%, la más baja de la historia; ha implantado la excepción ibérica en el precio del gas que nos ha beneficiado y ha sido copiado por otros países europeos; el índice de inflación de nuestro país es de los más bajos de Europa, el de crecimiento lo ha subido la OCDE hasta el 2,1, por encima del previsto por el gobierno. Como resultado la economía española es de la más pujantes de Europa. Al mismo tiempo se han hecho leyes que amplían la protección social, los derechos de los más débiles y de las minorías.

¿Qué es España? El franquismo la definía como “Una Unidad de Destino en lo Universal”. Así, tal cual. Nos exigían aprenderlo de memoria sin saber qué diablos quería decir eso. Las derechas no han dicho hasta ahora qué es para ellos España, lo único que ha dicho Feijoo es que cuando llegue al poder va a derogar el sanchismo. Sería necesario que conociéramos cómo quieren que sea España, si van a continuar con la aplicación de su modelo neoliberal, ¿hasta que nivel lo van a llevar a cabo? ¿Continuarán con el desmontaje de la sanidad y la educación públicas?¿Van a derogar la Reforma Laboral? ¿Cómo van a ayudar a la población más desfavorecida? ¿Van a respetar los derechos de las minorías que se han conseguido con el Gobierno actual? ¿Van a mantener el indice del IPC para el aumento anual de las pensiones? ¿Van a privatizar la gestión de los servicios públicos?

Bueno, sabemos las respuestas a todas las interrogantes anteriores porque es lo que hacen cuando gobiernan. Sin embargo no lo dicen, lo ocultan con la descalificación permanente y las mentiras que señalan a Pedro Sánchez como culpable de todos los males.

No nos dicen de qué España hablan y si en ella cuentan con todos los españoles o solo con los que a ellos les interesan, que son los que le mandan lo que tienen que hacer.

Donald Trump en su campaña electoral al finalizar el mandato de Obama, vendió su idea de hacer grande a EE. UU otra vez, no dijo cómo. El uso de la grandeza patria para emocionar a la ciudadanía es lo que utilizan las derechas para alimentar la conciencia de tribu que anidamos en nuestro interior. Escribía Roger Aile, locutor de la cadena FOX, el altavoz de Trump, “Si le dices a la gente qué pensar, los pierdes; si le dices qué sentir, son tuyos”. La aplicación de ese principio es la base de la estrategia que emplean. Otro elemento que utilizan es señalar un responsable contra el que dirigir todas las frustraciones. Que sepamos por ellos, este Gobierno y Pedro Sánchez en particular, no solo no ha hecho nada bien, sino que todo lo que hecho son atrocidades, hasta han ido a “chivarse” a Bruselas de lo mal que está España. Conclusión de su estrategia, todo va mal y la culpa es de Pedro Sánchez ¿por qué? Porque se alió con los rojos, separatistas y etarras que quieren romper España. Ese mensaje ha podido más que la gestión que hayan hecho los responsables de ayuntamientos y autonomías. Se trataba de Sánchez o España.

Ahora la pregunta es, ¿Van a hablar de una vez de políticas y de gestión? No tengo la esperanza de que planteen el debate. Saben que en un juego limpio llevan las de perder. Enfangarán todo lo que puedan y evitaran por todos los medios hablar de política. No es conveniente entrar en el barro, la izquierda tiene suficientes argumentos para demostrar las ventajas que tiene que haya un gobierno que centre en la gente sus políticas y que éstas son, sin duda, mejores y más favorables para los que más lo necesitan. Hace falta un buen diseño de campaña y una movilización de todos los militantes, simpatizantes y votantes de izquierda para que no quede ni un solo rincón del país sin que se explique lo que se ha hecho y, especialmente, lo que se piensa hacer, y no cometer el más mínimo fallo, las discrepancias a las que tan dada es a debatir públicamente la izquierda se tienen que acabar, ya sabemos cómo lo aprovechan los trompeteros pagados por el poder económico. Ya sabemos también que van a fomentar el odio como eje de su campaña, le ha dado resultado en esta última, porque como decía el Roto en una viñeta “el odio les da esperanzas”. Hay que preparar una respuesta basada en recordar repitiendo incansablemente lo que los españoles hemos avanzado y los peligros que hemos sorteado gracias a las medidas que ha tomado el Gobierno de coalición. Eso es el sanchismo, esa es la España que queremos.


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