INCONGRUENCIAS
En una encuesta sobre la acción del Gobierno de coalición PSOE-UP publicada recientemente la mayoría de los entrevistados valoraban positivamente las medidas que se habían tomado: Los ERTES, la subida del salario mínimo, la Reforma Laboral con la que se ha conseguido una espectacular subida del empleo, indexar el aumento de las pensiones al IPC, el ingreso mínimo vital, la bonificación de los combustibles, la reducción del IVA, la ayuda de 200 euros a los que que ganan menos de 14.000 euros anuales, el transporte gratis en cercanías y media distancia, los impuestos extraordinarios a la Banca y las compañías energéticas… Es decir, que se reconoce que la tarea del Gobierno se ha fundamentado en ayudar a las clases más desfavorecidas con la aplicación de unas claras políticas de igualdad. Esto pese a que la derecha hace todo el ruido que puede, y puede mucho, para tapar estos logros.
Sin embargo en la misma encuesta se censura que el POSE se haya aliado con UP. Está claro que los ataques brutales contra la fuerza política minoritaria del Gobierno, machaconamente reiterados por las terminales mediáticas del PP, sí han calado en la opinión pública.
Si algo hemos aprendido es que las políticas que se hacen desde la izquierda tienden a conseguir una sociedad más igual, fortalecer el Estado y potenciar su papel de distribuidor de la riqueza, favorecer las políticas de igualdad y la defensa de los derechos de la ciudadanía. Mientras que las medidas que adopta la derecha debilitan el poder del Estado, profundizan las desigualdades sociales y favorecen a los que más tienen (becas para los ricos).
Efectivamente, este es un análisis de cartilla primaria pero los que saben mucho de los cambios que se producen en la sociedad nos dicen que ahora no nos fijamos tanto en esas cosas, que las redes sociales y la abundancia de medios de comunicación nos distraen con mensajes que nos parecen más atractivos y nos dejamos convencer sin analizar si nos dicen la verdad. Es la era de los influencers. La vanalidad como eje del conocimiento.
Si nos hubiéramos leído los programas electorales de los partidos que forman el Gobierno y los 48 folios del pacto acordado entre ambos, hubiéramos visto que las medidas progresistas que se han tomado no las hubiera podido hacer el PSOE en solitario, pese a ser todas de carácter socialdemócrata. Ya tenemos la experiencia de gobiernos socialistas que tienden a relajar las medidas que les son propias. El hecho de gobernar, por primera vez a nivel de Estado, en coalición con una fuerza política a su izquierda ha hecho posible que su carácter socialdemócrata se manifieste con más nitidez, para satisfacción de la mayoría de sus militantes y votantes. A su vez UP ha tenido que renunciar a parte de sus principios en aras de ser útil a la sociedad. Han aprendido algo fundamental en política, sólo se puede cambiar la realidad desde el gobierno. ¡Por fin!
La incongruencia que manifiestan los encuestados es evidente. Las medidas que se valoran positivamente son posibles por la presencia del UP en el Consejo de Ministros. Si la coalición se hubiera hecho con Ciudadanos, como se intentó antes, estas medidas no existirían. ¿Por qué entonces se valora negativamente la presencia de UP en el Gobierno? ¿Por qué se censura al PSOE que haya hecho esta alianza?
El poder económico y sus terminales políticas y mediáticas hacen un trabajo excelente. Sus constantes ataques con bulos y mentiras propagadas por sus comeollas, consiguen crear opinión en amplios sectores de la sociedad que, acostumbrada a la simpleza de los twiter, ha perdido la capacidad de analizar los mensajes y no dejarse engañar. Propagan un eslogan que el Roto reflejaba en una de sus viñetas, “El odio te necesita”.
También influye el hecho de que la izquierda que se dice plural, lo es más que nada en su fragmentación. Esto debilita su imagen ante la opinión pública y divide a sus seguidores con nefastas consecuencias que se reflejan en las urnas. Último ejemplo, la elecciones andaluzas. Las diferencias de criterios son aireadas dando un espectáculo que regocija a la derecha y sume en el desconcierto a sus seguidores. Lo más grave es que desvían la atención de los logros que consiguen desde el Gobierno. Sería deseable que esas discrepancias se llevasen a cabo en el seno interno de la organización u organizaciones. ¿Acaso se piensa que en los demás partidos no existen discrepancias y opiniones diferentes entre sus miembros? Pero la norma básica es evitar que afloren y buscar el consenso interno sin ruido, siendo conscientes que el electorado soporta mal las luchas civiles dentro de los partidos.
Si el Gobierno está haciendo una labor espléndida, y da respuestas a los numerosos contratiempos que le ha tocado sortear con indudables avances sociales, no conviene darles bazas al enemigo para que lo desprestigie, harto tiene que soportar con los ataques de los poderes económicos, mediáticos y hasta judiciales (la implacable persecución que lleva a cabo el juez García Castellón contra PODEMOS).
La última guinda como ejemplo: En respuesta a las cifras de empleo del último trimestre que ha marcado un hito en la bajada del paro, las declaraciones del líder del PP ha sido que el índice de desempleo que tenemos es el más alto de Europa. No dan cuartel, van a degüello.
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