LA IDEOLOGÍA COMO ACUSACIÓN
La derecha
de este país siempre ha tenido a gala carecer de ideología, es un tic heredado
del franquismo donde tener ideología era ser un rojo fusilable. Cuentan una
vieja anécdota de Franco, muy difundida y no sé si cierta, en la que le dice a uno de sus
ministros, “Usted hago como yo, no se meta en política”, meterse en política
significaba salirse de las directrices marcadas por el régimen. Él no hacía
política, fusilaba sin más.
No se puede
hacer política sin tener unos objetivos que la definan, fruto de un
pensamiento, una filosofía, una forma de
ver la vida, un concepto del tipo de
sociedad a la que se aspira. Es decir, no se puede hacer política sin tener una
ideología. Esto, que es lo básico que se aprende en cualquier centro de enseñanza, el
líder del PP, Pablo Casado, no lo conoce, tal vez porque estudió muy deprisa o
el día que lo explicaron no estuvo en clase.
Ahora no se
puede acusar a alguien de hacer política, como en la dictadura, imposible
hacerlo en un sistema de libertades.
Pero la derecha continuista del franquismo, el PP y VOX, la han sustituido por
la ideología y la utilizan como
insulto para descalificar a la izquierda. Cualquier acción del Gobierno, es
descalificada por los líderes de las derechas por ser ideológica. Naturalmente lo dicen porque
ellos no tienen ideología, eso solo es aplicable a los socialistas, comunistas,
separatista y terroristas, ¡ah! y
bolivarianos. Por eso hay que denunciarlos ante la opinión pública (ya
no se puede enviar a la Guardia Civil a detenerlos). Últimamente acusan de ser
ideológicos la Ley de Educación, y los
Presupuestos Generales del Estado,
presentados y aprobados inicialmente en el Congreso. Naturalmente, ¿Cómo
pueden no serlo?
Estábamos
hartos de escuchar a Esperanza Aguirre, significada líder del PP, decir que
ella es liberal, que los valores del liberalismo son en los que ella cree y ha
puesto en práctica mientras ha gobernado (bien que lo saben los madrileños). Se
supone que también son los valores del PP, al menos uno de ellos. Y lo han
continuado aplicando sus sucesores, algunos de forma muy peculiar, incluida la
reclusión en prisión por apropiarse de dinero público, total ellos están en
contra de todo lo público. (Lo que ocurre ahora en la Comunidad de Madrid es un fenómeno
aparte e inclasificable). Que se sepa, el liberalismo es una ideología que nace
a finales del siglo XVIII creada por el filósofo y economista escocés Adam
Smith, que ha sido aplicada por gobernantes de muchos países y que actualmente
hegemoniza el pensamiento de la derecha y el sistema económico mundial.
Esto, que es
conocido por cualquiera porque es un dato de cultura general, lo expongo por si le sirve al líder del PP, que tampoco
estuvo en clase el día que lo explicaron. Por tanto el PP también tiene
ideología y todo lo que propone hacer también es ideológico. Eso en principio
no es malo, lo que es pernicioso para la sociedad es la aplicación que hacen de
su ideología cuando gobiernan, puesto que sus políticas son ahondar en una sociedad desequilibrada,
con profundas desigualdades, en perjuicio de los sectores sociales más necesitados para beneficiar a los más
poderosos. Incluye también impulsar el sector privado en detrimento del público
y fomentar el individualismo competitivo frente a la solidaridad. Esos son los principios básicos del
liberalismo económico, pero eso sí lo sabe el señor Casado porque es lo que
hace su partido cuando gobierna, lo que tal vez desconozca es que eso es
ideología.
Lo que pretende
descalificar son los principios ideológicos
que no son los suyos, eso se entiende también, pero no se puede acusar a
nadie de tenerlos. Hacerlo significa que aún siguen vivos en él los conceptos
del franquismo. Por tanto la dura intervención que tuvo contra VOX en el debate
de la moción de censura solo se puede interpretar como “cosas de familia” y nos
equivocamos cuando dimos por hecho que podía significar un cambio de postura en
su actitud política. Los calificativos que ambos continúan utilizando para las propuestas que hace el Gobierno son
similares, porque parten de la misma fuente del pensamiento.
Los
defensores de una ideología de izquierdas, que defiende los principios para
conseguir un mundo más igual, no se les ocurre utilizar el término ideología
como descalificación de la derecha, lo que hace es demostrar que sus
contenidos van en contra de conseguir el
modelo social dónde impere la justicia, la igualdad y el respeto al medio
ambiente. ¿Por qué no hace eso la derecha? Posiblemente porque lo que pretende
es lanzar eslóganes a sus partidarios que sean fáciles de digerir y de
utilizar, por absurdos que parezcan. Hemos visto recientemente a sus seguidores
bramar pidiendo ¡libertad! contra las medidas tomadas para frenar la pandemia,
algunos bajándose de su coche de alta gama. Absurdo. Cómo decía Machado, “Ese
trueno vestido de nazareno”, pero ha calado, igual que han hecho las mentiras
que propagan.
Al final lo
que queda es que la izquierda tiene ideología, y eso es muy malo, mientras que
la derecha no tiene ese estigma, están inmaculados…bueno si no hablamos de sus
corruptelas, de sus dirigentes que están en la cárcel, de su condena como
partido político y lo que queda aún por investigar. Pero esa es otra historia.
Comentarios