¿Quién dice que es fácil?
Copio el
título de la película de Juan Taratuto para poder definir el momento político
que atravesamos y mucho más el que nos espera.
Los
electores hemos decidido el complejo panorama que tenemos y a los partidos
políticos les ha tocado tomar las decisiones que se ajusten a su perfil para conformar un
gobierno lo más coherente posible. Con el bipartidismo era fácil, un alternancia
entre el PP y el PSOE cuando había mayorías absolutas, pero ¿qué pasaba cuando
no se conseguían? Que había que acudir a los partidos nacionalistas vasco y
catalán para poder armar una mayoría suficiente con la que se pudiera gobernar.
¿Y qué hacían los partidos nacionalistas? Sacar la mayor tajada posible del
acuerdo. En las elecciones de 1996, Aznar necesitaba los apoyos de los
nacionalistas, después de su entrevista con Arzalluz, el presidente del PNV
dijo que había conseguido mucho más que con Felipe González en todo su mandato. En la negociación
con Pujol, terminó hablando catalán, según confesó. Nadie se rasgó las vestiduras
por ello, ni le llamó traidor, rompepatrias o felón, es más celebramos que el
Presidente hablara un idioma más. Además era lógico que se acordara entre
partidos con afinidad ideológica porque eso es la política, negociación y
acuerdos dentro de lo que la ley prescribe.
El resultado
electoral último hace imposible que la derecha, PP, CIUDADANOS y VOX, puedan
formar un Gobierno. Les toca hacerlo a quién sí puede, el resto de la Cámara
liderados por el PSOE, la fuerza mayoritaria que fue la que ganó las
elecciones, dos veces seguidas. Así lo entendió el Jefe del Estado que le
encargó a Pedro Sánchez formar Gobierno. Hasta aquí vamos bien ¿no? Bueno…bien
del todo no, el maldito Pedro Sánchez se había salido con la suya. El líder
socialista, que solo cuenta con 120 escaños, buscó el apoyo de UNIDAS PODEMOS,
el partido más afín con quien podía entenderse. Y se entendieron. Aquí la cosa
ya empezó a torcerse, ¡los comunistas en el Gobierno! ¡Por ahí no pasamos!
Dijeron algunos. Se encendieron todas las señales de alarma. Pero la derecha es
especialista en tocar los tambores de guerra, volvemos a los tiempos en que esa
alianza trajo la tragedia de la guerra
civil. La sublevación de Franco fue porque se vio obligado a salvar España de
las hordas marxistas. Eso lo estudié en la escuela y lo sigo escuchando hoy, 60
años después, ¿cómo es posible que hayamos fallado tanto en los curriculum del
sistema educativo?
Para
acabarlo de empeorar, los números exigen que además hagan falta más votos de
otros partidos y algunos que no voten en
contra, o sea que todo apuntaba a EZQUERRA REPUBLICANA, que se encuentra
formando parte del gobierno independentista de Cataluña y con su líder en la
cárcel condenado en firme por haber adoptado decisiones graves en contra del
ordenamiento jurídico, tendría que colaborar, aunque fuese con la abstención.
Es un partido independentista de izquierdas, en el aspecto ideológico se podía
llegar a un acuerdo en torno a un programa, pero históricamente su carácter independentista
lo ha colocado siempre en el frontispicio de sus exigencias. Difícil tarea que
solo se puede afrontar si asume que sus planteamientos nacionalistas sólo se
pueden resolver desde el diálogo. Su papel es muy complicado. Por otro lado si
no facilitaba que haya un gobierno progresista partidario del diálogo con
Cataluña, lo que viene a continuación es la derecha con un permanente 155 y si
la extrema derecha aumenta su poder, el envío de la Legión o la acorazada
Brunete. Y han adoptado la postura más sensata, políticamente hablando,
establecer un diálogo con el Gobierno para encontrar una salida consensuada al
conflicto político que atraviesan los catalanes. Además han aceptado que
sea dentro del marco legal. Esto no ha
sido fácil para ellos, les cuesta que les llamen traidores (botifler), lo que va
a aprovechar el huido de Waterloo para radicalizar aún más su postura.
Ahora sí que
se ha liado buena. Lo que faltaba, los comunistas, además los separatistas y
encima los terroristas de ETA- BILDU que se ha abstenido también. Y por si
fuera poco amenazan con subir los impuestos a los ricos, a quitar la
obligatoriedad de la religión en los colegios, la igualdad y esas cosas propias de los rojos. A los
tambores se unen las cornetas tocando generala, ha llegado la hora de defender
la patria con todo lo disponible, los medios de comunicación, los púlpitos, los
jueces afines, las movilizaciones, todo lo que haga falta contra los que
quieren romper España en pedazos.
Y ahí
estamos, oírlos asusta, porque las barbaridades que dicen son para echarse a
temblar, están desbocados y dispuestos a todo, esperemos que dentro de la
legalidad, aunque el control que ejercen sobre gran parte del poder judicial
hará que la legalidad se interprete en el sentido que ellos quieran.
Las mentiras
más gordas, infamantes y burdas se emplearan como manual para que sus fieles
las divulguen. La principal de todas es la de que gobiernan los comunistas,
como en 1936. El término comunista se emplea como en la dictadura, el mayor
insulto que se le puede aplicar a una persona. De nada vale que los
“comunistas” hayan gobernado y gobiernen en Comunidades Autónomas y muchos
Ayuntamientos, haciéndolo con eficacia y honestidad. Tampoco vale que desde
hace más de cuarenta años aceptaran la democracia como sistema político y participan
activamente en él, ni que juraran la Constitución aceptando el régimen
monárquico pese a su convicción republicana. Había expectación por la fórmula
de juramento o promesa que iba a formular Alberto Garzón, único representante
comunistas del Gobierno. Cumplió el trámite con entera normalidad. De nada
vale, los comunistas traerán la desgracia a España, la van a romper, y lo más
grave, sacarán la religión de las escuelas.
Para
combatir, las mentiras, las amenazas y los insultos, lo que procede es que la
gente de bien, que somos mayoría, apoyemos a nuestro Gobierno legítimo, el que
nos hemos dado democráticamente y lo hagamos en todos los escenarios que
podamos, fundamentalmente en las redes sociales, en los medios de comunicación
que tengamos acceso y en nuestro entorno. Como la cosa se va a poner muy
difícil, acudir a las manifestaciones y concentraciones que se organicen para
defender las decisiones del Gobierno. Cuando ya creíamos que la democracia, que
tanto esfuerzo costó conseguir, estaba
asegurada, surgen otra vez los que nunca creyeron en ella si no mandaban ellos.
Pues volveremos a luchar por defender sus principios. Sería muy conveniente que algunos barones del
PSOE guardaran un respetuoso silencio y no mostraran sus disconformidades que
solamente ayudan a los voceros de esta derecha radical y ultramontana.
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