¿Quién dice que es fácil?
Copio el título de la película de Juan Taratuto para poder definir el momento político que atravesamos y mucho más el que nos espera. Los electores hemos decidido el complejo panorama que tenemos y a los partidos políticos les ha tocado tomar las decisiones que se ajusten a su perfil para conformar un gobierno lo más coherente posible. Con el bipartidismo era fácil, un alternancia entre el PP y el PSOE cuando había mayorías absolutas, pero ¿qué pasaba cuando no se conseguían? Que había que acudir a los partidos nacionalistas vasco y catalán para poder armar una mayoría suficiente con la que se pudiera gobernar. ¿Y qué hacían los partidos nacionalistas? Sacar la mayor tajada posible del acuerdo. En las elecciones de 1996, Aznar necesitaba los apoyos de los nacionalistas, después de su entrevista con Arzalluz, el presidente del PNV dijo que había conseguido mucho más que con Felipe González en todo su mandato. En la negociación con Pujol, terminó hablando catalán, según confesó...