ADIÓS PALOMA
La paloma de
Cajasur ha desaparecido. Los banqueros vascos han decidido que ha llegado el
momento de cambiar los símbolos del pasado y lo han sustituido por su imagen
corporativa. Han sido discretos, han dejado pasar unos años para efectuar el
cambio a fin de no provocar un impacto brusco. Es lo que tienen los banqueros,
no quieren asustar, saben mejor que nadie que el dinero es difícil de obtener y
fácil de perder. Pasado estos años ya se puede efectuar el cambio sin que nadie
se dé cuenta.
¿Se
acuerdan? Cuántas explicaciones nos ha pedido la gente de fuera que nos
preguntaban con asombro, cómo era posible que una entidad bancaria fuera
propiedad de la Iglesia y además que la presidiera un cura. La verdad era que
no sabíamos dar repuesta, seguramente porque tamaña incongruencia no tiene
explicación. ¿Cómo explicar que un banco cuyo objetivo es ganar dinero con los
intereses de los préstamos que hacía a la gente necesitada, podía ser propiedad
de una institución cuya misión, dicen que es ayudar a los pobres? ¿Cómo
explicar que el símbolo era una paloma que representaba al Espíritu Santo? Pero
lo peor de esto era que nos habíamos
acostumbrado y lo veíamos normal. Total, si nos habían hecho creer en la
Santísima Trinidad por qué no creer en un misterio más.
Ahora, no me
digan que no era un gran invento unir el poder terrenal con el poder
espiritual.
Menos mal
que ya no tenemos que dar explicaciones, el color púrpura eclesiástico y la
paloma han desparecido, Ahora hay al frente un banquero como Dios manda. Ya se
sabe, a Dios lo que es de Dios y a la banca, el dinero.
Columna de opinión en la Cadena SER.
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