PRIMARIAS
Hace años me
dijo un alto dirigente del PSOE que eso de las primarias no era una buena idea.
Una opinión compartida por muchos más que recelaban de la transformación que
suponía pasar de un partido con una organización piramidal de corte leninista a
otra más participativa, abierta a la militancia. El temor radicaba en lo
imprevisible que podía resultar perder el control que ejercían los “aparatos”. Desde que
se implantó el sistema de primarias, efectivamente, la militancia ha dado
algunas sorpresas como la elección, contra todo pronóstico de José Borrell y José
Luis Rodríguez Zapatero frente a los candidatos “oficiales” Joaquín Almunia y
José Bono. Es lo que puede pasar cuando
a las bases se les da la oportunidad de decidir.
Ahora la
situación es mucho peor. La cúpula ha echado a un Secretario General elegido en
primarias por las bases, el mayor descrédito a un proceso del que se hizo
bandera. Por lo que sabemos el Secretario General no había perdido la razón, y
por lo que hemos visto después, su posición de no hacer a Rajoy Presidente,
contaba con más apoyos de los que los organizadores del golpe creían. Esa
situación ha propiciado un enfrentamiento muy duro en el seno del partido, con
unas consecuencias imprevisibles.
Es de
valorar la postura valiente de Patxi López en un intento de abrir una vía de
entendimiento y además, ha hecho público
su pensamiento político y su visión de lo que tiene que hacer la izquierda en
estos momentos. Pedro Sánchez ha seguido ese camino y ha explicado su postura y
hacia dónde debe caminar el PSOE. Entre
tanta descalificación y los exabruptos del Secretario de Organización del
PSOE-A, Juan Cornejo, viene muy bien que alguien hable de ideas con sosiego y
con ánimo de construir. Pero las condiciones actuales no propician el
entendimiento. La ruptura producida el pasado 1 de octubre fue muy profunda y
en un partido sin un liderazgo con autoridad para poner sensatez y orden, es
muy difícil que se pueda resolver esta situación.
Conviene
recordar que el problema de fondo no es nuevo, siempre ha existido en el seno
del PSOE. Una posición tradicional, hasta ahora más minoritaria, que defiende posturas políticas de
izquierdas, y otra que defiende un acercamiento al electorado de centro para
poder alcanzar mayorías que le permitan gobernar. En los tiempos de bonanza económica se asumía
más fácilmente esta posición, a fin de cuentas había para todos. Pero las
medidas adoptadas en los últimos años del Gobierno de José Luis Rodríguez
Zapatero para hacer frente a la brutal crisis en que nos vimos sumergidos,
podían haber sido tomadas perfectamente por la derecha. Quizás es que no se
podía hacer otra cosa. Pero la percepción de la población, duramente castigada,
fue que se habían traicionado los principios de defensa de los más desfavorecidos.
El empobrecimiento de las clases medias y el recorte de las políticas sociales
dio como resultado el nacimiento de PODEMOS, por la izquierda y el
fortalecimiento de CIUDADANOS por el centro-derecha, ambos a costa del
descrédito sufrido por el PSOE. A esto hay que añadir la abstención de muchos
votantes tradicionales desencantados. Los socialistas se encontraron en un
callejón sin salida. Las posturas más izquierdistas encontraron un balón de
oxígeno para poder crecer en el seno del partido. Pedro Sánchez intentó en un
principio continuar con la posición tradicional y pactó una alianza con
CIUDADANOS. Tras su fracaso, y percibir
lo que gran parte de los militantes sentían, cambió su posición, lo que le
enfrentó a la mayoría de la dirección que terminó por obligarle a dimitir. No
es de extrañar, por tanto, que Pedro Sánchez mantenga ahora una posición más de
izquierda, está en sintonía con la que mantuvo cuando se vio obligado a
abandonar la Secretaría General y en consonancia con lo que le piden gran parte
de los militantes. Este es un giro que se está produciendo también en otros
países de la Unión Europea, es decir, la exigencia de los votantes de izquierda
de que se vuelva a los principios que se abandonaron, para así poder hacer
frente a las políticas depredadoras de la derecha.
Este
recordatorio, obligadamente escueto, era
necesario para explicar la situación que atraviesa el PSOE, dónde rivalizan
tres opciones políticas para impulsar la recuperación. Una posición más de
izquierdas que mantiene Pedro Sánchez, por la que ha sido duramente criticado;
otra postura más convencional de pactos con el centro-derecha que, al parecer
defiende Susana Díaz (aún no conocemos su programa) y una tercera vía que
intenta mediar y que defiende Patxi López.
A todo esto,
la Gestora del partido no puede por menos que ver con inquietud la candidatura
de Pedro Sánchez, su vuelta sería una derrota en toda línea de los que
maniobraron para echarlo y el triunfo de la militancia que lo eligió. Esta
situación exige una extremada pulcritud sobre su neutralidad en el proceso que
empieza ahora. Una actitud sospechosa de favorecer a algún candidato- candidata
sería catastrófica para el futuro del PSOE.
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