¿POR QUÉ NO SE CALLAN?
Estamos en un momento político inédito en los casi cuarenta años de democracia posfranquista. Los electores han decidido formar una situación compleja y novedosa que para resolverla se requiere talento político, prudencia y un difícil equilibrio entre los programas que cada partido se comprometió a cumplir y la necesidad de encontrar puntos de entendimiento. Una situación sumamente delicada que es contemplada por la ciudadanía con el máximo interés y donde los gestos y las declaraciones se analizan exhaustivamente para intentar averiguar por dónde se encamina el futuro. Eso sin contar la presión que pone la situación en Cataluña. Los medios de comunicación y la miríada de comentaristas y tertulianos, opinan sin descanso con el objetivo de influir para que la solución sea acorde con sus intereses, por no hablar de los poderes económicos que nos aterran con las posibles alianzas contrarias a sus intereses. Todo el mundo presiona sin descanso. Y sin duda el más presionado es ...