RECUPERAMOS LA ESENCIA DE LA DEMOCRACIA
El resultado
electoral del domingo pasado ha hecho saltar por los aires el panorama político
que se ha ido consolidando en el transcurso de nuestra democracia. Desde su
implantación solamente asistimos a un sobresalto cuando se hundió la UCD, un
pilar básico de la transición, que polarizó las posiciones políticas entre la
derecha representada por AP y la
izquierda hegemonizada por el PSOE. Sin duda los integrantes del extinto
partido centrista influyeron en el cambio que quiso experimentar la derecha con
la creación del PP, que se definió en su creación como un partido de
centro-derecha. Aunque hubo excepciones como los socialdemócratas de Fernández
Ordoñez que se enrolaron en el PSOE. Y eso ha seguido siendo así hasta el
pasado domingo.
Las medidas
políticas, económicas y sociales aplicadas por el PP contra la mayoría de la
ciudadanía, junto con la corrupción, han sido el detonante. La nueva realidad
política ya se manifestó en las elecciones andaluzas del pasado 22 de marzo y
en este 24 de mayo lo ha hecho a nivel de todo el Estado. El pasado domingo lo
que realmente se medía era la profundidad que podría alcanzar este cambio y,
efectivamente, ha supuesto una transformación profunda en el cuadro político
que ha de regir a Comunidades y Ayuntamientos y un aviso de lo que puede pasar en
las próximas elecciones generales.
En
Andalucía el resultado de las elecciones ha tenido varias consecuencias.
1.- Durante dos meses ha estado bloqueada la
elección de Susana Díaz como Presidenta de la Junta. Los nuevos partidos han
aplicado la vieja estrategia de no definirse para no perjudicar sus expectativas electorales en
los comicios municipales. Ahora es lógico pensar que se desbloqueará la
situación, aunque lo más probable es que faciliten la formación del gobierno
pero sin formar parte de él. Todos miran de reojo a las elecciones legislativas
de otoño y aquí con su abstención les vale para seguir jugando con todas sus
cartas.
2.- En los
municipios, ambos partidos, más IU, tienen en sus manos dar un vuelco al mapa
político. Es impensable que PODEMOS facilite la formación de un gobierno del
PP, esto permite que el PSOE, la fuerza hegemónica de la izquierda, pueda
recuperar importantes alcaldías como Sevilla y Huelva, además se produce un
hecho histórico, en Córdoba el PSOE puede conseguir la alcaldía por primera vez
en la democracia. Otro hecho singular es el que se da en Cádiz donde la
franquicia de PODEMOS puede obtener la alcaldía con el apoyo del PSOE.
3.- El
hundimiento del PP en las capitales de provincia y su tradicional debilidad en
la zonas rurales han hecho que continúe su
sangría de votos, lo que repercute en la composición de las Diputaciones. A la espera de que el Gobierno facilite los datos
definitivos del escrutinio, el PSOE recupera la de Córdoba, mantiene la de
Sevilla y es muy probable que se incremente con alguna más. En este caso
es IU quién puede facilitarle el gobierno a los socialistas.
4.- Quedan
por decidir aquellas alcaldías dónde el PP depende de la posición que adopte CIUDADANOS,
aunque todos dan por hecho que apoyarán a la derecha. La papeleta no es nada
fácil, su inclinación hacia el PP puede pasarle factura en las elecciones
generales ya que confirmaría ser su marca blanca. En las exigencias que planteen
a cambio de su apoyo está la clave.
5.- Si medimos el resultado por el poder
territorial de cada uno, no existen cambios estructurales puesto que, salvo la
capital gaditana, lo que pierde el PP lo gana el PSOE. La diferencia está en
que ambos han de contar con los emergentes para poder gobernar, que no es poca
cosa.
Lo más importante ha sido que recuperamos un
valor esencial de la democracia, la necesidad de llegar a acuerdos, un valor
que ya teníamos olvidado por el ejercicio de la hegemonía prepotente del PP y
sus fatídicas mayorías absolutas. En eso sí tenemos todos que felicitarnos
porque del diálogo y el pacto salen ganando los ciudadanos. Y aunque su
aplicación es beneficiosa en cualquier ámbito, sin duda en los municipios es
dónde sus ventajas se manifiestan de forma más palpable. No olvidemos que en la
consolidación de la democracia los ayuntamientos desempeñaron el papel más
relevante: hacer visible las mejoras que introducía en la calidad de vida de
los ciudadanos un sistema que se caracterizaba por alcanzar logros que eran
fruto del acuerdo político y el diálogo con la sociedad.
Recuperar
ese principio debe llenar de ilusión a cualquier persona que sienta demócrata.
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