Las primarias es lo de menos
El repentino
anuncio de Griñán de que no repetirá como candidato en las próximas elecciones
andaluzas ha tirado una piedra al charco de la política andaluza. No es que
sea una sorpresa su decisión porque desde que Chaves designó a Griñán como sucesor se sabía que era una solución de
transición que tenía como objetivo propiciar un relevo con nuevas caras, un
nuevo empuje y, tal vez, una nueva política. Lo que ha sorprendido ha sido el
momento en que lo ha hecho. Es la segunda vez que un líder del PSOE sorprende
con una decisión de este calado. El relevo de Chaves por Griñán ocurrió de la
misma manera: anuncio sorpresa, reunión urgente del Comité Director del Partido
y nombramiento exprés. No se dio tiempo para manifestar discrepancias en el
seno de la organización. Ahora el proceso se repite, con la variante de que en
este caso se necesita de unas primarias para ser legal. La designada es Susana
Díaz, Consejera de Presidencia, pero esta vez el procedimiento exige neutralidad por
parte de la dirección para garantizar que cualquier militante pueda ser
elegido. Hasta ahora ha surgido la candidatura de Luis Planas, pero no pasa de
ser una anécdota que legitima el proceso. La rapidez con que se ha
diseñado el relevo dificulta la aparición de alguna alternativa seria y
organizada que emborrone el paisaje.
El panorama
de liderazgo en las fuerzas políticas andaluzas está en proceso de revisión. El
anuncio de Diego Valderas de no repetir como candidato a Coordinador de IU ha
propiciado la renovación, dando paso al lucentino Antonio Maíllo, elegido en la
XIX Asamblea de IUCA, y ha tenido como
primer gesto desprenderse del chantaje
permanente de la CUT de Sánchez Gordillo. Eso significa que quiere llevar a la
organización por el camino emprendido el pasado año cuando asumió la
responsabilidad de incorporarse al Gobierno de Andalucía. Esa línea política le
está dando importantes réditos entre el electorado de la izquierda.
La nueva marcha
de Arenas después del enésimo fracaso electoral en Andalucía generó una crisis
en el PP andaluz que se resolvió nombrando Presidente al Alcalde de Sevilla,
Juan Ignacio Zoido, que desde el principio no ha manifestado demasiado
entusiasmo por desempeñar el cargo, porque lo que de verdad le apetece es ejercer de Alcalde, así lo ha manifestado
en varias ocasiones. Otro candidato de compromiso y sin futuro. Desde hace
tiempo el PP andaluz anda dando vueltas a la sustitución de Zoido, se anuncian
varios candidatos pero aún no existe un pronunciamiento por parte de Rajoy,
Cospedal o Arenas. Ya se sabe que el PP resuelve estos asuntos por nombramiento
y no por elección de sus bases.
De no producirse estos movimientos, el electorado andaluz se podría haber encontrado con que tendría que elegir entre tres candidatos “provisionales”, sin ilusión en sus apuestas de futuro. Lo que le faltaba a la credibilidad de la política.
De no producirse estos movimientos, el electorado andaluz se podría haber encontrado con que tendría que elegir entre tres candidatos “provisionales”, sin ilusión en sus apuestas de futuro. Lo que le faltaba a la credibilidad de la política.
En este
paisaje es donde hay que encuadrar los movimientos de los partidos. Por tanto,
lo que prima en el PSOE no es que la elección del candidato se realice mediante
un proceso que respete la posibilidad de debatir entre los militantes y
simpatizantes qué tipo de políticas tendría que hacerse y en función de eso,
qué candidato es el mejor preparado para llevarlas a cabo. No se trata de eso,
se trata de adelantarse al PP en la maniobra y considerando que un proceso
electoral, por mucho que se simplifique, es más lento que la designación
directa, hay que darse toda la prisa que se pueda. De esta manera podemos tener
a final de mes el nombramiento de candidata del PSOE. Por su parte el PP tendrá
que darse prisa en hacer lo propio y es posible que a final de julio tengamos
designado también al candidato de la derecha.
El resultado
de todo esto es que Griñán manda un mensaje a los socios de gobierno: nada de
chantajes en la confección del próximo presupuesto porque ya puede disolver el
Parlamento cuando quiera y a IU le conviene ganar tiempo para hacerse notar más
en el Gobierno y establecer una red más firme en el territorio andaluz, es
decir, ha fortalecido el lado más débil del PSOE que era su futuro liderazgo.
De camino obliga a acelerar el proceso de renovación en el PP lo que provoca el
endurecimiento de las luchas internas y a eso hay que añadir las sempiternas
dudas de Rajoy.
El llamado
“sector crítico” del PSOE-A se ha quejado de que los pocos días que se han
dado para presentar candidatos y la necesidad de recoger 7.000 avales hacen
prácticamente imposible propiciar un debate abierto con la sociedad, que es lo
que el Partido necesita en este momento más que nunca. Y llevan razón, no hay
tiempo para hacer política de verdad, la que recoge las opiniones de la gente,
la que da soluciones a sus problemas, en definitiva la que dialoga con la
sociedad, la que hace creíble a la política. Pero ahora no toca eso, ahora el
camino es otro, se trata de frenar al adversario y recuperar la hegemonía
política mediante la estrategia, y no por el liderazgo social, eso queda para
otra ocasión.
En
definitiva, los andaluces nos encontraremos a la vuelta de vacaciones con dos
caras nuevas, presumiblemente tres, que tratarán de hacerse visibles y
simpáticos para ganarse nuestro apoyo y lo que es más importante, nuestro voto.
La política de siempre.
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