Una solución al Centro de Congresos


 El poder político en democracia tiene que establecer cauces de diálogo con la sociedad en los asuntos que afectan a toda la ciudadanía. Y esto es especialmente inexcusable cuando se produce a nivel local donde el Ayuntamiento tiene la obligación de liderar, no imponer, soluciones a los problemas ciudadanos de interés general. Sin duda el debate de estos días sobre el Centro de Congresos tiene mucho que ver con este principio democrático. Con la decisión de llevar este Equipamiento a un edificio privado, con graves deficiencias estructurales, en las afueras de la ciudad, en una zona industrial y mal comunicada, el Gobierno de la ciudad  ha roto un consenso político, institucional y social que se había producido en torno a su ubicación en Miraflores y lo ha hecho sin justificación y sin apoyos, provocando la reacción de importantes estamentos sociales y vecinales que no entienden a qué obedece  esta decisión repentina y arbitraria que incumple el Modelo de Ciudad que todos nos hemos dado y que concitó la unanimidad política y ciudadana. 
Aunque en estos días se ha hablado abundantemente de las razones por las que se eligió Miraflores como lugar idóneo del Centro de Congresos, no está de más señalar algunas; tiene una buena accesibilidad; está próximo a los principales recursos turísticos, culturales y paisajísticos, en particular al Eje Monumental de acceso a ciudad histórica Patrimonio de la Humanidad; contribuye a la regeneración de la margen izquierda del río y al equilibrio norte-sur de la ciudad. Estas y otras más son cualidades que ninguna otra ciudad puede ofrecer y que lo hacen más atractivo para el turismo de Congresos, lo que nos permite ser más competitivos en este sector frente a las ofertas de otras ciudades. Es decir, no es fruto de un capricho ni de un mal sueño, sino la conclusión de un trabajo de mucho tiempo, de mucha conversación y de escuchar opiniones de mucha gente.
 Ahora la Junta de Andalucía propone ampliar el actual Centro de Congresos como solución “provisional”. Esta propuesta parece haber concitado un principio de consenso entre instituciones y sectores sociales. Eso supone enterrar el debate porque nadie  cree que, con esta actuación, se pueda  construir uno nuevo en muchos años. Esta es una solución que ya hemos aportado  en escritos anteriores. Aunque conviene hacer un par de consideraciones. La primera es que la actuación que se lleve a cabo se haga con proyección de futuro, eso significa que se piense no sólo en la ampliación  sino en modernizar sus infraestructuras. La intervención tiene que definirse de manera muy rigurosa puesto que se actúa en un edificio protegido y cualquier solución no cabe.
Si el proyecto de Koolhaas  para el Centro en Miraflores se demostrara inviable, se debería encargar otro nuevo mejor dimensionado y acorde con las necesidades y recursos de la ciudad. La solución que aporta la Junta de Andalucía permite pensar con calma la solución definitiva en Miraflores.

Publicado en el DIARIO CORDOBA

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